Sólo un número. Que marca. El paso del tiempo. 3 años. Dos semanas. En una vida.
Así es como recibí este año, con mucha traquilidad y confieso que con un poquitín de melancolía. Pero tranquila. y mientras estoy frente a la máquina y las líneas se escriben solas no se si quiero escribir , pero a la vez quiero salir un poco de mi pero esta vez hallo una diferencia , una diferencia significativa, una diferencia que hace la diferencia: No intento entender. No me interesa. Mi cuerpo no lo pide. Mi vida tampoco. Y en mi no querer entender o precipitarme o angustiarme o extasiarme me encuentro otra vez cara a cara frente a mi pero de manera distinta. Y sonrio y nos veo muy claramente. Una nitidez tan vívida que sencillamente trasciende el tiempo y que me devuelve al AHORA. Camino por esa tierra húmeda descalza y ya está oscuro y vos vas adelante , y no veo nada pero aprendo rápido a desarrollar mi visión infrarroja y no tengo miedo... y nos paramos frente a frente y nos besamos en la oscuridad... Y bailamos con Edith Piaf, y comemos carne vegetal y vamos a la biblioteca y nos dedicamos al amor fervorosamente.
Ese mismo beso que casi me hace perder el micro.
Pero me contenta saber que existe esa esencia y que tal vez cambie tan despacio como se mueven las montañas...
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