Al fin y al cabo a quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga... gracias Alaska sos grosssa.
Hasta el amanecer y más.
Son las 12 del mediodía y hace una hora que volví de mi recorrida nocturna. Nos juntamos con mis amigas secuaces en casa a la 1am y entre flores ahumadas estuvimos disfrutando del placer que nos da compartir momentos tan amenos como estos. A las 5.30 am el reloj nos invita a abandonar la humilde morada y dirigirnos sin escalas a nuestro aún querido salón para disfrutar del movimiento corporal al compás de los hermosos temas que musicalizan en carácter de regularidad nuestros bien ponderados Chamy y Bulnes. Y por suspuesto que una salida de tales características nunca está del todo completa si no amerita la posterior charla reflexiva en las conocidas instalaciones Kientokianas- y a pesar de que nos fuimos un tanto irritadas cuando al intentar emprender la retirada un vaso de vidrio nos despeinó el mostacho; signo evidente de conflicto entre partes que excedian nuestra solidaridad.Esperando el 160 al sol-10.30 am. Llego casa. Y en esa soledad /solitud tan tierna y muchas veces olvidada siento que he adquirido un estado que me provoca profundo bienestar. Me siento tranquila. Casi no tengo tristeza aunque a veces sí dejos de melancolía.Disfruto muchísimo de estos, mis momentos íntimos.Me pego un baño bien caliente,preparo unos mates, bizcochos, seitán y tofu como desayuno, prendo la compu, webeo un rato y con el cansancio de una noche encima y más, llega la hora del descanso, en una cama que me contiene y me mima con sueño reparador aunque escueto y que hace que ahora luego de seis horas haya vuelto a la conciencia de la vida despierta y esté escribiendo estas líneas con un cansancio descansado que sigue justificando mi amor por la noche y todo lo que ella tiene para ofrecer.
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Sunday, 13 September 2009
Me siento tan triste. Acabo de hablar con XY por la mierda de msn que a la vez puede llegar a ser un canal de comunicación-a veces, sólo a veces- más efectivo para comunicarse honestamente cuando existe la incapacidad de expresarlo de otra manera. Y pareciera que este es el cuento de nunca acabar, que las responsabilidades por el "fracaso" en una relación están fragmentadas y corresponde en diferentes porcentajes a las partes involucradas. Me siento muy muy muy triste y no puedo parar de llorar, de llorarnos porque no podemos, porque ya está. Las cartas estás echadas.El destino no hace acuerdos. Y eso es lo que no queremos entender.También resulta tan difícil ver las cosas con claridad, tan difícil como aceptar la dimisión de este amor tan grande y tan sincero, del que sólo quedan sombras y fantasmas que no paran de torturar de dolor.Yo a XY lo amo tanto, tan profundamente.Fue lo mejor del amor lo que he vivido contigo, le digo cuando hablo con él en sueños por las noches. Y me dice que no puede entender cómo alguien que dice amarlo así puede pensar y decir las cosas tan feas que yo pensé y dije de él, sin querer entender que todas esas reacciones y maneras de ver la realidad e interpretarla están generadas justamente por un ovillo interminable de acciones/reacciones que se alimentan y justifican unas a otras. No hay principio, no hay final. Como poder expresarlo sin correr el riesgo de que se malinterprete, sin correr el riesgo de herir. Sin correr el riego de perder. Imposible.
Heridas que aún están en carne viva. Heridas que desearía cicatricen ya.
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