Sunday, November 07, 2010

34 años en esta tierra.

Y un sinfin de sentimientos encontrados. Alegría sí intentando que siempre esté presente y que de alguna manera se transforme en mi leivmotiv. Y también la realidad de cómo me siento. Porque a pesar de las risas que contagian y la alegría como actitud frente a la vida también está eso tan ahí, arraigado en el centro de mi existir y es una profunda e inamovible tristeza. Tristeza.  Encontrarme una vez más conmigo y entregarme  al sincericidio. Cosa que me ocurre casi predeciblemente año tras año cuando se aproxima mi aniversario de nacimiento .



Este año no fue  la excepción.

Pero para poder entender y de alguna manera aclarar lo que me pasa tengo que remontarme sin escalas a mi cumpleaños del año pasado, que fue sencillamente demoledor en materia emocional.
 Lo lloré infinidades,  lo maldijé con ira venenosa, lo odié,  lo odié, lo odié mucho.... El 3 de noviembre de 2009  todos mis miedos se hicieron carne, en  una carne débil ensagrentada cansada y muy maltratada . Fue el año en que la pasé sola muy muy tristemente sola. Pero no era una soledad remitida al acompañamiento, porque en tal caso siempre , y muy afortunadamente , me encontré con gente que me brindó su compañia: el año pasado la Ruffa y mi amada amiga Romi, y este año mi nueva amiga Pauli. Entonces decía que desprevenidamente me encontré que ya un año habia pasado de aquel lunes 2 de noviembre  nefasto en que Loquillo casi sin saberlo me cantó toneladas de regalos y me acompaño en MI dolor que dolió tanto y que aún lastima y entristece cuando lo capturo en el recuerdo. Dolor por  un amor que se devaneció en la decepción de las mentiras,  la insinceridad y el egoísmo. Dolor por una vida que no elegí y que tengo que vivir y aprovechar. Lloré . Lloré mucho.Lloré tanto. Lloré  dolor,  lloré soledad,  lloré angustia, lloré por no entender, por haber creído, por amar, por no poder, por tener que aceptar, por no enloquecer, por tener que enfrentarme una vez más , y no fortuitamente- en un día tan significativo como ese- a mí misma y a mis más oscuros fantasmas.
Y mientras mi cara se deformaba en ríos y ríos de lágrimas espesas y  contenidas, el espejo reflejaba  la experiencia vivida, el  gran dolor, el profundo desengaño e incomprensión; y detrás de eso tan  abrasivo se alzaba la entereza  de un ser que  había finalmente aprendido a llorar de  pie frente a la vida.

***



Un año después me encuentro felizmente lejos de ese momento que parecía casi insuperable. Todo pasa evidentemente para alegría o pena.Y sí, tiempo despota e irrefrenable de por medio-me encuentro con que nuevamente cumplo años , dulces 34,  lo que me remontó directa y amargamente a recuerdos de ese pasado cercano y funesto. Y si de celebración se trata el martes por la noche , sin avisarle a nadie y bastante ANTI  con el mundo emprendí camino hacia la sala para abrazar el festejo  de mi natalicio luego de medianoche , a mi manera.  Con Captain Morgan bajo el brazo y una amiga que me esperaba con verdes regalitos  me permití no sólo llorar la vida y bailar esa aflicción sino también emborracharme hasta encontrarme contenida en mi propio malestar  incapaz de moverme en un suelo que me daba vueltas , una indulgencia al derrape para olvidarme de mi y abandonarme así a una bien merecida inconciencia♫.