Sueño un sueño

Bueno así de movida viene la confesión. Hoy me levanté enamorada. Con esa simpleza y con esa diferencia que hace que la vida tenga otro color... no sé si más rosado, no se si multiorgázmico , sencillamente distinto. Y eso porque tuve un sueño. Real dentro del reino de los sueños. Tan real como imaginario. Tan real que siento que me siento enamorada. Fue un sueño extraño por supuesto, que otra cosa esperar. Y en esa extrañeza  estaba él. Y estaba yo. Y estaba el resto de la gente a modo de estorbo, a modo de sabor de lo prohibido. Y pasó algo hermoso, que no tuvo nada de sexual (aunque si no me hubiese despertado que bien habría terminado je!) y mucho muchísimo de  amor.  De ese amor romántico contra el cual despotrico hasta el hartazgo. El amor me había vuelto a encontrar. Ese enamoramiento silencioso que encierra una irrefrenable energía de deseo. Y entonces llega el punto en que la verdad se hace conciencia y nos coloca frente a frente. E intentamos ocultar lo inocultable  entre risotadas y lindas giladas que se generan en los típicos mitínes con amistades , suavizantes de tantas soledades... Pero esta vez la suerte nos encuentra desnudxs en pleno invierno y fuera del tiempo. Y vuelvo con un dulcísimo arrebato a ese lugar tan lejano y olvidado pero tan íntimamente añorado.
Y despierto una vez más, sola, pero con la bella y salvaje sensación a flor de piel.

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Y con muchas, muchas ganas de volverte a ver.

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