Wednesday, April 27, 2011

¿Violencia es mentir?

Bueno bueno bueno han pasado muchos y muy largos meses desde la última vez que me envalentoné para plasmar en palabras mis cosas, lo que me pasa, lo que siento, en fin, lo mismo de siempre...Hoy es miércoles-el último de abril- y estoy atestada de duda e incertidumbre: que si salgo o me quedo en casa y mañana me voy a sacar sangre, que si desempolvo mis chichitos sexuales y la paso bien conmigo misma un rato, que si invito a alguien a dormir, que si que si...Finalmente por unanimidad de contexto y situación la decisión de quedarme tranki en casa escribiendo y cuidándome se toma,casi diría, sola. Y sí,  son épocas dificiles, por decirlo de alguna manera. Dificiles porque la no-certeza se me mezcla con el deseo que a la vez se fusiona con el agotamiento que se tranforma milagrosamente en energía de acción que me llevan a entender(me) un poco más - lo que (no) quiero. Hace tiempo que no puedo vomitar. Hace tiempo que me ha vuelto la náusea en la peor de sus formas: el asqueamiento y profundo malestar.Y alguien me dijo hace relativamente poco que tal vez me haga falta llorar.Y alguien me dijo hace relativamente poco que contengo mucho, que no suelto.Que tengo miedo. Miedo de mi propia violencia, de mi destrucción.Y reprimo. Y contengo. Y me lleno de dolores de cuello, de contracturas y de monitos chimpancé en mis hombros -en el mejor de los ca(s)os.Es ahí mismo en la boca del estómago por donde pasa la cuestión,  o mejor dicho, en donde se estanca. Bueno el tema y para hacerla corta es que soy una persona con mucha energía violenta , algo que hasta el día de la fecha  consideraba absolutamente negativo. Soy,  también, víctima de mis propios prejuicios lingüístico-culturales. Pese a eso y en mi afán de seguir alguna que otra intuición me topo felizmente con  algo revelador ( y por supuesto cuestionable). La raíz de la palabra violencia teóricamente proviene de la combinación del prefijo vis(= fuerza)  + el participio latus (=acarrear, llevar), o sea, acarrear fuerza hacia; es decir, violencia significaría algo así como “fuerza intensa”. Una  fuerza intensa -tal vez incontrolable, brutal, salvaje, desbordante- que se verá teñida con la  dirección  de la buena voluntad, la mala leche o lo circunstancial que unx pueda/quiera darle. Y sí. Para mí esto es sencillamente revelador. Y eso genera cambio. Un  cambio en la perspectiva. Una perspectiva que se hace  más amplia y nutritiva que me invita ante todo a no ser tan rígida y estrecha (conmigo misma primero y fundamental, y con el mundo segundo y principal); una visión que me da la posibilidad de asociar esa fuerza aterradora-  y por qué no nefasta - con algo más "productivo", placentero, satisfactorio, alegre y vívido-vivo. Encuentro en el sexo y derivados -por ejemplo- una  manera óptima de direccionar esa fuerza intensa, también la hallo en el bailar- cuando éste  me remonta hasta el más oscuro de los anillos de Júpiter llenándolo de luz. Y en el escribir.Si por escribir se entiende justamente la imperiosa y urgente necesidad de no poder contener- y por lo tanto intentar describir mediante la palabra escrita- aquello  que nos atormenta, tortura; eso tan inefable, tan ineludible, tan indigerible ... es decir, la vida y su sentido sin-sentido.